Cromosomas y genes
Cuando se examina una
célula en trance de división con el microscopio de contraste de fase, e incluso
si se observa con el microscopio ordinario después de fijada y teñida, podrán distinguirse
en el núcleo unos cuerpos alargados teñidos de obscuro llamados cromosomas
(imagen 1-2). Cada cromosoma consta de un filamento central, el cromonema,
al que acompañan, a lo largo, una sucesión de gránulos a los que ha
dado el nombre de cromómeros. Cada cromosoma posee, en un punto fijo a lo largo
de su trayecto, una pequeña zona circular clara, llamada centrómero, el cual
regula el movimiento de los cromosomas durante la división celular. A medida
que el cromosoma se acorta y engruesa, inmediatamente antes de la división de
la célula, la región del centrómero se acentúa y aparece como una constricción.
Los cromosomas solo son claramente visibles con microscopio de luz en el
momento de la división celular. En otras ocasiones solo son visibles como
largos filamentos delgados y finos, con un tinte obscuro llamados cromatina.
Imagen 1-2. Fotomicrografías de cromosomas del oocito de tritón, Triturus viridescens, mostrando (A) los cromomeros (puntos obscuros a lo largo del filamento central) y (B) las asas irradiando del filamento central. La presencia de estas asas da a las estructuras su nombre, cromosomas "cepillo de lámpara". A, x 1 600; B, x 1 100.
Cada célula de
cualquier organismo de todas las especies contiene un número característico de
cromosomas. Cada célula del hombre posee exactamente 46 cromosomas (imagen
1-3).
No es su número lo
que diferencia a las diversas especies animales, sino la naturaleza de los
factores hereditarios dentro de los cromosomas. Ciertas especies de lombrices cilíndricas
únicamente tienen dos cromosomas en cada célula, en tanto ciertos cangrejos
albergan más de 200. Las cantidades más corrientes en animales y vegetales están
entre 10 y 50.
Los cromosomas se
presentan siempre emparejados, de modo que invariablemente se les ve de dos en
dos de la misma clase en las células somáticas de animales y vegetales. Así,
los 46 que corresponden a la especie humana, consisten realmente en 23 pares
distintos. La diferencia consiste en la longitud, forma y ocurrencia de nudos y
muescas; en casi todas las especies las variaciones de estos caracteres morfológicos
suelen ser suficientes para que los citólogos identifiquen plenamente los
diferentes pares.
Imagen 1-3. Cromosomas en la especie humana. A, es un hombre normal. B, es una mujer normal. C, estado XO de disgenesia gonadal. D, XXXY, ejemplo raro de síndrome de Klinefelter; el individuo con síndrome de Klinefelter típico tiene un molde XXY de cromosomas.
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