La Genética y la Obesidad
La opinión de los expertos sobre genética y obesidad varía, pero muchos investigadores coinciden en que la predisposición a la obesidad podría ser parte de la composición genética. Otros factores hereditarios que están relacionados con la obesidad también podrían determinar su tasa metabólica y la forma en que su cuerpo procesa los alimentos. Los estudios sobre genética y obesidad indican además que los factores hereditarios pueden contribuir con la obesidad.
Obesidad en Aumento
La obesidad implica mucho más que tener sobrepeso. Las estadísticas demuestran que esta condición provoca muchos riesgos adicionales para la salud. Las complicaciones derivadas de la obesidad varían de leves a graves. Algunas incluso ponen en riesgo la vida. La diabetes tipo 2, por ejemplo, supone un riesgo importante para las personas con problemas de obesidad, junto con las afecciones cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, que pueden ser fatales.
Por lo general, los profesionales utilizan el índice de masa corporal (IMC) para determinar la obesidad. Este índice tiene en cuenta el peso y la altura y, a pesar de que no mide la masa muscular, puede ser un indicador útil de la salud de las personas. El sobrepeso se considera obesidad cuando el peso de la persona es un 30% mayor que su masa corporal ideal.
La Genética de la Obesidad
Las investigaciones han demostrado que la genética puede afectar a la obesidad de muchas maneras. Algunos factores en los que influyen los genes y que pueden causar o prolongar la obesidad incluyen:
- nivel de apetito y sensación de saciedad,
- calorías quemadas durante el ejercicio y
- calorías quemadas en reposo.
Además, la genética puede estar ligada a la forma en la que el cuerpo procesa la grasa en exceso y a dónde la almacena. Incluso cuando hacen dietas con bajo contenido calórico, algunas personas tienen problemas para bajar de peso o para no recuperar el peso perdido. Otras personas pueden realizar programas de ejercicios enérgicos y obtener resultados más lentamente de lo normal. Es posible que estos factores formen parte de su estructura celular y corporal.
Estudios Sobre Genética de la Obesidad
Los estudios continúan vinculando mutaciones genéticas con la obesidad. Por ejemplo, algunas personas tienen obesidad mórbida desde la niñez. Esto es algo poco común, pero puede ser un indicador general de problemas específicos en la estructura genética. Uno de estos informes descubrió que la leptina, la hormona responsable de regular el apetito, era defectuosa. Otros controladores del apetito dañados parecen tener la forma de PCI, una enzima. Los expertos también mencionan un vínculo entre la obesidad y el gen FTO, que está relacionado con la acumulación de las grasas.
A menudo, los investigadores se refieren a los polimorfismos, que son las pequeñas diferencias en los genes que afectan al 1% o más de un grupo determinado. Los estudios continúan descubriendo nuevos vínculos genéticos que brindan posibles explicaciones de cómo subimos y bajamos de peso. Si bien los polimorfismos sólo afectan a un pequeño porcentaje de la población, detectarlos es útil para crear nuevas formas de tratar la obesidad.
Las investigaciones basadas en la hipótesis del “gen ahorrador” se mencionan con frecuencia en citas de obesidad y genética. El genetista James Neel propuso esta teoría por primera vez en 1962. La hipótesis del “gen ahorrador” sugiere que nuestros genes siguen el patrón ancestral de “hambre o abundancia”. En otras palabras, nuestros cuerpos almacenan las grasas cuando la comida es abundante y se preparan para tiempos de escasez. En la sociedad actual, la abundancia continúa pero no hay hambre, lo que provoca que las personas suban de peso.